Articulo publicado por tanguillo en
http://www.tangoscopio.com/ y reproducido con su autorización. El articulo se publico en dos entregas que pongo juntas.
Agradezco publicamente la colaboración del autor para su publicación. Y dado que hay cosas interesantes, no creo que sea el último.
Recuerdo que esta colaboración como tema del mes, estará también en mi intento de "foro tanguero canario" donde todos pueden opinar libremente (incluso anonimamente) para que nadie sienta vergüenza. La dirección recuerdo que es:
http://tangonoticiastenerife.blogspot.com/
Codigos Milongueros: El Cabeceo
El Cabeceo I
Publicado el 21 de Mayo del 2007
La milonga posee, como otros ámbitos, sus reglas tácitas y un lenguaje característico. Una de sus expresiones mas propias (por lo menos en Buenos Aires) es el “cabeceo”
Definición
El cabeceo es un ligero movimiento con la cabeza, que realiza el hombre mirando a la mujer, generalmente a la distancia (hacerlo estando a la par de la mujer es síntoma de dificultades en la comunicación verbal) para invitarla a ir con el a la pista (a bailar, se entiende).
Este movimiento reemplaza en el varón a acción de ir hacia donde está la mujer, poniendo su mejor cara de canchero (y experto bailarín), y decir alguna frase, que puede ir desde “¿Bailás?” Hasta “Hola… disculpe mi atrevimiento… la vi desde el otro extremo, baila muy lindo, y bueno, ehhh, quería saber si quizás, tal vez, no se, si no está cansada, quisiera ir a la pista a bailar, claro, si no la molesto y no es mucho pedir”o
alguna proposición menos afortunada.
Ventajas:Una de las ventajas del cabeceo, para ambos sexos, es que permite que esa comunicación entre el hombre que realiza el cabeceo (podríamos llamarle “el cabeceador”) y la mujer que recibe la invitación (a quien podríamos llamarle “la cabeceada”, pero quedaría feito), sea, en general, solo advertida por ellos, a menos que sea exitosa, en cuyo caso saldrán a la pista. Por eso, como sabe cualquiera que suela ir a las milongas, es muy común estar sentado con alguien, quizás incluso manteniendo una conversación, y que de repente el/ella se levante de improviso, para ir a encontrarse con otra persona a la pista. Y el que se quedó sentado, no se enteró de nada hasta que la otra persona está bailando. Algo muy molesto para los celosos.
¿Es machista?
Una de las cosas que noté entre mujeres que no frecuentan milongas donde se use el cabeceo, es que a ellas les parece una manera poca galante, y hasta machista y chocante de invitar a una mujer a bailar. Lo que a ellas les gusta, es que un hombre se acerque hasta su asiento y les pida que le concedan una tanda. Y si ofrecen su mano a la mujer, mejor. Parece bastante lógico ¿no? Del tipo de cosas que a una chica le gusta. Y si ella dice que no, y bueh, sos hombre, bancátela, pero nada de esas mariconadas de invitar a la distancia sin que nadie te vea.
Sin embargo, hablando con asiduas milongueras, de las que van a bailar todas las noche, me enteré que su opinión es diferente. De hecho, es la contraria. Para ellas, el cabeceo es netamente feminista.
¿Cual es su explicación?
¿El “cabeceo” es feminista?
Hay algo que es un hecho: A menos que haya un problema personal con alguna persona en especial (o con todo el género masculino en general) a las mujeres no le gusta tener que decir que no cuando las sacan a bailar. De tener opción, diría que siempre prefieren evitar la incomodidad del momento. Eso es exactamente lo que les proporciona el cabeceo. Si alguien las cabecea, y ellas por algún motivo no quieren salir a bailar con el, simplemente se hacen las distraídas, las que no vieron, y de allí en mas evitaran contacto visual con esa persona.
En cambio, un hombre que se para en frente de ellas y les pide salir a bailar, las pone sin duda en un compromiso. Siempre tienen la opción de decir que no, pero por múltiples razones esto puede ser desagradable: quizá la otra persona no es buen bailarín pero les cae bien, o no quiere hacerlo sentir mal o hubiera preferido bailar en otro momento. Tal vez el decirle que no, desaliente a otros posibles bailarines a invitarla (o lo que es peor que, que por espíritu de cuerpo los otros hombres boicoteen a esa bailarina), tal vez simplemente ella no puede decir que no. Por diferentes motivos, hasta puede ser molesto que un varón se acerque a la mesa y pida bailar, cuando podría haber cabeceado. Y no estoy exagerando. He estado con milongueras, que cuando un hombre hizo esto, aceptaron el baile, pero advirtieron “Acepto ahora, pero la próxima vez, preferiría que cabecees”. ( Y no, no la chica en cuestión no es nada desagradable, todo lo contrario, pero eso si, es una milonguera muy requerida, y por eso se da el lujo de poner el punto sobre las ies)
¿En que quedamos?
En mi opinión, las ventajas del cabeceo son mayores que las desventajas, para ambos sexos. A pesar de que probablemente le quite lo galante a la invitación al baile, permite en cambio que se invite mucho mas, y que en caso de una negativa, ninguno de los bailarines quede en evidencia.
El Cabeceo II
Publicado el 02 de Junio del 2007
Situación Actual:
El cabeceo sigue siendo muy usado en las milongas de Buenos Aires, especialmente en las mas tradicionales. Sin embargo, en algunas milongas, se usa menos. Esto se puede deber a muchos factores: la ubicación de la pista y las mesas, que hace que sea difícil verse entre quienes están sin bailar, luces bajas o simplemente, otra forma de manejarse en la milonga. “La viruta” y “La catedral del Tango” son buenos ejemplos en todos estos aspectos. Pero incluso en estos lugares no deja de usarse el cabeceo.
Fuera de Buenos Aires es bastante menos utilizado. Por un lado, está el desconocimiento de este código, tanto en hombre como en mujeres. Por otro, el cabeceo se usa menos cuando uno tiene cierta confianza con la otra persona, o por lo menos la seguridad que va salir a bailar. Y dado que fuera de Buenos Aires, la gran mayoría de las ciudades tienen un circuito tanguero bastante más reducido, en la cual se conocen la mayoría de sus integrantes, no llama la atención que se acostumbre ir a invitar a la mesa.
Situación Futura:
Ni idea. No tengo respuesta para todo. De hecho, no se porque me puse a hablar de eso. Pero veamos: Por un lado esta claro que muchos códigos de la milonga se están dejando de usar. Por otro, lo que no creo que cambie, es que a los milongueros/as les gusta elegir con quien bailar. Y por eso, van a seguir diciendo que no. Y tampoco va a cambiar el hecho de que a la mayoría no les gusta el rechazo (con excepción de algún masoquista), y menos a la vista de todos, así que la cosa esta equilibrada: Los códigos se usan menos, pero este en particular se necesita.
Sugerencias prácticas para “Cabeceadores” y “Cabeceadas” (uy, que feo suena)
Para ambos:
Cuestión de Timming: La primera sugerencia es la más lógica y obvia, aunque no siempre sea tomada en cuenta: Es fundamental el lugar en donde se sientan en la milonga, sobre todo para las mujeres. Los hombres pueden incluso estar caminando e invitar al pasar a alguien, pero será muy raro que alguien invite a una mujer que está caminando o que no está sentada. Y si está sentada donde no la ve nadie, va a ser complicado para ella que los bailarines la saquen a bailar. Por lo tanto, es recomendable llegar temprano para tener más opciones donde sentarse (o mejor, reservar mesa).
Analizando el terreno: La pregunta obvia sería ¿Cual es el mejor lugar? Por lógica es aquel desde donde se ve a la mayor cantidad de gente. Y eso depende mucho del espacio físico y organización de la milonga. Generalmente es cerca de la pista, pero no preferentemente no de frente a ella si no de costado. Naturalmente, esos lugares son generalmente los que primero se ocupan. Otros buenos sitios serían los que están a la par de un pasillo por el donde circula la gente.
Hacete amigo/a: En algunas milongas suele haber un lugar en donde se sientan los mejores bailarines, o por lo menos los concurrentes mas asiduos. Si te das cuenta cual es, nada mejor que estar cerca de ellos.
Para vos, milonguera
Chau timidez: Como escribió “
La Tanguera” en un comentario, a muchas mujeres les cuesta el hecho de tener que buscar la mirada de los hombres, para que estos tengan oportunidad de invitarla a la pista ( como también les cuesta a muchos hombres buscar los ojos de las mujeres). Sin embargo, es un hecho que mientras más se cruce tu mirada con la de los bailarines, mas oportunidades hay de salir a bailar. Sobre eso no necesito hablar demasiado, las mujeres saben más que los hombres del poder de la mirada. Pueden lograr, por ejemplo, que un bailarín que normalmente no las hubiera sacado a bailar (tal vez por tímido, tal vez por arrogante o por algún otro motivo), las cabecee. Dependerá de la forma que lo miren, quizás esbozando una sonrisa para darle ánimos. He visto incluso a chicas mirar a un bailarín con una seductora y levantar como en un brindis una copa… si con eso no tienen éxito, pueden renunciar a la esperanza de bailar con el esa noche. Claro que esta última es una estrategia con tintes extremos, cada mujer sabe hasta donde quiere (o se anima) a llegar.
Si le vas a dar el si: En caso de que aceptés (salir a la pista, se entiende), bastará con que asientás levemente y caminés hacia la pista, y lo esperés. El tiene que ir a vos. Independientemente de quien sea el bailarín, es preferible que evités, expresiones de resignación (”y bueh, si no queda otra”) o exabruptos de alegría como saltar y gritar.
Si lo vas a tachar: Si el bailarín no te convence, o por alguna razón no querés bailar, en general bastará con hacer como que nunca viste nada, seguir con la mirada para otro lado y claro, nunca más volver a mirar a hacia donde te cabecearon, para evitar que se repita (a menos que eso sea lo que quierás, claro). De todos modos, a veces esto no funcionará, porque, como apuntó
una lectora de este blog, al ignorar al que cabecea solo lograrás que este se pare, y viniendo a la mesa diga algo como “¡Hace una hora que te cabeceo! ¿No me vés?”. Con estos vas a tener que ser mas directa en tu negativa (o capitular resignadamente).
Al rechazar la invitación, evitá poner cara de disgusto, o hacer gestos, como girar el dedo índice en la sien (”¿Estás loco?”), llevarte el pulgar a la boca como en el acto de beber algo (”¿Estás borracho/en pedo?”), o levantar la mano con la palma hacia arriba con el dedo medio extendido (sin traducción), ya que no suele ser bien recibido por quien invitó a bailar.
Para vos, milonguero
Elegir el momento adecuado: Si la chica que tenés ganas de sacar a bailar, estuvo bailando endiabladamente milonga en la tanda anterior, quizá debás esperar a que descanse. Observa la situación para que al cabecear no queden dudas de que lo estás haciendo. Es decir, evitá cabecear por entre medio de la gente, o cuando no estás seguro que ella te está mirando. No es nada agradable estar en la duda si ella no aceptó el baile, o no te vió. Y como apuntó bien
Tina, en su blog respondiendo a mi artículo anterior: si una mujer se está levantando, no la cabecees ni te acerqués a invitarla a bailar. Probablemente ya la sacaron y está yendo a la pista.
No estás cabeceando un centro: No hace falta que exagerés con el movimiento de la cabeza, no vaya a ser cosa que te jodás el cuello. Pero tampoco seas demasiado sutil, que la haga dudar si la invitaste o fue un tic nervioso. En realidad, por lo general, tu cara es la que le muestra que la estás invitando, así que no esta mal que sonrías (pero intentá que no se te caiga la baba por la comisura de la boca). Si está lejos, o dudas de su capacidad visual, considerá usar las manos para ayudarte. Pero no como un barita dirigiendo el tránsito, si no más bien un pequeño gesto con el índice señalando la pista.
Precisión y punteria: ¡Mucho cuidado con cabecear desde lejos, especialmente a dos mujeres juntas! Si por casualidad ambas pensaron que el cabeceo estaba destinado a ellas, y se levantaron, resignate: no hay forma de que quedés bien con ambas. Vas a tener que elegir, y la que se quede sentada no va a estar nada contenta, aunque no sea tu culpa. (Nota: he visto propiciar esa situación para dejar mal parada a una chica ¡Vos no seás tan patético!)
Esas son las sugerencias que tengo por ahora. Si a alguien se le ocurre alguna más, su aporte será bienvenido.