jueves, 11 de diciembre de 2008

Tango: “Primero hay que saber sufrir…”

Publicado por Leila Aisen el 17/11/08 en Tinta Digital, Semanario Digital

Es musical, es nostálgico, es sensual. El tango es un estilo musical y una danza rioplatense que nació en las ciudades de Buenos Aires, Montevideo y Rosario, aunque hoy se siente en todo el mundo. Según Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, el tango es “un pensamiento triste que se baila”.

Ciertamente, el tango es una expresión artística de fusión, de naturaleza urbana y raíces suburbanas, que nació gracias a la inmigración masiva europea del siglo XIX. Dado que los inmigrantes que llegaron al Río de la Plata superaban en cantidad a los nativos, el tango es hijo de un intenso mestizaje.

Así, los primeros tangueros eran afroargentinos y afrouruguayos, el bandoneón (el instrumento que da vida y distinción al tango, elegido por los tangueros del siglo XX para reemplazar a la flauta) es originario de Alemania, la sensualidad tiene explicación en los frecuentados prostíbulos, y el lunfardo está repleto de expresiones italianas y africanas. Con todo, el tango es único y original, no deriva de ningún otro estilo musical en particular.

Tierra y sentimiento

El escritor argentino Ernesto Sábato dice que por sobre todas las cosas el tango es un híbrido, una expresión original y nueva que deriva de una movilización humana gigantesca y excepcional. Para el escritor Jorge Luis Borges, la música del tango es tan rioplatense que cuando un compositor de otra parte del mundo intenta componer un tango “descubre, no sin estupor, que ha urdido algo que sus oídos no reconocen, que su memoria no hospeda y que su cuerpo rechaza”.

Éste se alimenta de sentimientos. En sus orígenes estas pasiones surgieron de la dura situación de millones de trabajadores inmigrantes, mayoritariamente varones, que vagaban solos en un país extraño, pagaban sexo con prostitutas y cada vez acumulaban más nostalgia hacia el amor verdadero de sus esposas que habían quedado en Europa.

Algunos clásicos tangos que siguen estos característicos temas son:
El desengaño amoroso: ‘Nostalgias‘
El paso del tiempo: ‘Volver‘
Problemática social: ‘Cambalache‘
La muerte: ‘Adiós Nonino‘
El amor: ‘El día que me quieras‘
La ciudad: ‘Balada para un loco‘
El tango: ‘Malena‘

El lunfardo

Este mix emocional lleva a la verdadera temática del tango: reflexión introspectiva, masiva y popular sobre el amor, el sexo, la frustración y el sentido de la vida y la muerte. Las letras están compuestas en base a estas temáticas y usan la jerga del lunfardo, que es necesaria comprender.

El lunfardo es principalmente una forma de hablar exageradamente por la que los argentinos y uruguayos somos reconocidos en todo el mundo. Tiene muchas semejanzas con el cocoliche italiano. Nació en el siglo XIX gracias a los italianos del barrio de Palermo, en Buenos Aires, pero también tuvo influencias de palabras sicilianas, africanas, aimaras, mapuches, judías, gitano-españolas, gallegas, quechuas, árabes, guaraníes, polacas, portuguesas e, incluso, inglesas.

Por ejemplo: “laburar” (trabajar) viene del italiano “lavorar”, “fiaca” significa flaqueza, “mufa” es fastidio y mala suerte, “mina” significa muchacha en dialecto lombardo, “gamba” (pierna) es también alguien que ayuda o tiene buenas intenciones y a su vez significa cien pesos porque “ayudan”, “gambetear” es esquivar, “yira / yiro” viene de girar, dar vueltas, y se lo asocia con la prostituta.

Muchos otros términos como “afano”, “boludo”, “bardo”, “bondi”, “cana”, “chabón”, “che”, “chorro”, “escabiar”, “junar”, “morfi”, “pibe”, “rajar”, “yuta” y más constituyen el corazón del habla rioplatense actual.

Pasión desde su origen

Eso en cuanto a la música y las letras. Ahora bien, en lo que respecta al baile, el tango se baila bien apretado, abrazando a la pareja. Es una danza muy sensual pero difícil de interpretar. No obstante, lo más importante es la expresión de las caras de los bailarines, que junto a los movimientos sugerentes, transmiten la verdadera esencia del tango que llega a todo espectador que se compenetra con el sufrimiento que emana del canto y el baile.

Pero, ¿cuándo empezó el tango? En 1900 el único entretenimiento era el teatro. Enrique Santos Discépolo y Homero Manzi fueron algunos de los que escribían versos para las obras, muchas de ellas en lunfardo. Es por ello que el tango se asemeja a una pieza de teatro dramática, rol dramático en el que Carlos Gardel fue el rey.

Gardel era un hombre carismático y alegre, pero siempre con una gran tendencia a la depresión. Es recordado por su habilidad para crear imágenes al cantar versos como “las nieves del tiempo platearon mi sien”, en ‘Volver‘.

Su evolución reciente

Sin lugar a dudas, la década del cuarenta fue la edad de oro del tango, que por entonces ya se interpretaba en bares nocturnos de categoría. En aquella época, los cantantes más distinguidos fueron el Polaco Goyeneche, Ángel Vargas y Edmundo Rivero.

Desde finales de la década de los ‘50 comenzaron a surgir corrientes tangueras renovadoras, primero con músicos como Mariano Mores y Aníbal Troilo, que empezaron a experimentar con nuevos sonidos, pero el icono indiscutido fue Ástor Piazzolla.

La música de Piazzolla generó controversias entre tradicionalistas y renovadores sobre si aquello era o no tango. Esta discusión llegó a su fin cuando en el Festival de la Canción de Buenos Aires, realizado en el Luna Park en 1969, Piazzolla y el uruguayo Horacio Ferrer presentaron el famoso vals tanguero ‘Balada para un loco‘, interpretado por Amelita Baltar. La canción causó un impacto inolvidable. Fue así como el dúo Piazzola-Ferrer realizó otras obras de amplia difusión popular como el tango ‘Chiquilín de Bachín‘ (1968) o la ópera-tango ‘María de Buenos Aires‘ (1967), entre muchísimas otros obras.

En aquellas dos décadas, el tango sufrió la confrontación generacional que llevaron adelante los movimientos juveniles mundiales (como la movida hippie en Estados Unidos y el Mayo francés de 1968), cuyos códigos eran el rock y la revolución sexual. En Argentina se manifestó como una confrontación generacional entre tango y rock: el tango era la música de “los viejos”, mientras que el rock era la música de los jóvenes.

Desde hace varios años, son comunes las fusiones del tango con el jazz, el rock y la música electrónica, siendo esta última la más difundida, donde destacan Tanghetto, Bajofondo Tango Club o Gotan Project. Esta mezcla dota al tango de un aire fresco que le da una nueva identidad que no desplaza a la tradicional, sino que la fortalece.

En la actualidad

Los tradicionales ‘cafetines’ de los barrios bonaerenses de El Abasto, San Telmo y La Boca aún conservan su especial estilo tanguero con ese gustito a fusión artística de música, danza y cultura multinacional.

Si bien el lunfardo fue cuestionado por algunos académicos de la Real Academia Española, hoy sigue vivo para crear música y es reformulado por las nuevas generaciones rioplatenses.

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